Ni un título puedo pensar...

A veces me pregunto qué es lo que se me hace tan cuesta arriba, incluso me pregunto realmente cuál es el problema, qué es lo que me hace sentir tan mal, porque llega un momento con tal grado de agobio y de sensación de incapacidad que ya no distingo bien ni mis propios pensamientos ni mis sentimientos...

No lo sé, no sé qué es, sé que tengo la sensación de estar fallando en todo, como madre, como esposa, como profesional, como hija, como amiga... en general como persona, no sé bien en qué acierto, si es que acierto en algo...

Tengo la sensación de que mi relación con mis hijos se reduce a regañarles, llevarles traerles y prepararles sus cosas más mal que bien; mi casa... para qué hablar ... es el mayor de los caos, y todo sigue acumulándose y cada vez va a ser más difícil poner un orden... al final el aparente orden siempre pasa por lo mismo: un día no hay más remedio que dar una lavada de cara, y entonces a las prisas se meterá todo en cajas y bolsas en el garaje, solo para quitarlos de enmedio, pero sin ningún orden, y muchas cosas desaparecerán como en un agujero negro.

Mi relación con mi marido... es adorable, no me puede tratar mejor, pero a veces se tiene que tragar mi mal humor, mi cansancio, hasta se puede quedar sin ropa limpia y/o planchada, porque los niños manchan más y doy preferencia a sus lavadoras...

Mi familia (fuera de mi marido y mis hijos)... ni llamar por teléfono ¿cuándo? o me llaman ellos, y tienen suerte en elegir un momento en que yo pueda hablar... o va a ser que no, y como da menos palo decir que no a mi familia que a la de mi marido, pues muchas veces salen perdiendo...

Mi trabajo... me siento totalmente incompetente, no me da la cabeza ni el tiempo para organizar y llevar a cabo lo que tengo que hacer, tengo la sensación de que en muchas ocasiones consigo disimular, pero que se va a acabar por notar... y a ver entonces qué hago...

Los amigos... no hay nada que decir, mi vida social es inexistente... soy la mujer de las excusas y los planes cancelados, la que nunca tiene tiempo, la que nunca esta... ya ni me llaman ni me incluyen en los mails... ¿para qué?...

Pero luego siempre hay alguien que parece que te quiere convencer de lo contrario... una madre del cole que te dice "fíjate, tú les llevas y le recoges todos los días, no mandas a nadie... qué bien" (que tampoco es del todo verdad); un amigo al que solo llamas o mandas un mensaje una vez al año, por Navidad o su cumpleaños, de repente encuentras un segundo mientras remueves una cacerola para decirle feliz cumpleaños (y eso porque ha tenido la suerte de que este año su cumpleaños caiga en sábado) y entonces va y te dice que hay que ver, lo maravillosa que eres que nunca te olvidas...

Un cliente nuevo que a la primera queda enganchado contigo y te dice que piensa volver...

Y por supuesto, uno de tus hijos, y/o tu adorable marido, que te sonríen porque has hecho alguna tontería que les parece genial y te dicen "mami/cariño, muchas gracias, eres la mejor"...

Pero yo me sigo sintiendo la peor... Un fraude...